En condiciones normales, el ciclo sexual de la mujer hace que, dirigido por influencias neuronales y hormonales, una mujer produzca un ovocito u óvulo en cada ciclo menstrual (cada 28 días, aproximadamente).
Este ovocito crece dentro del ovario y ante un pico hormonal se libera y queda en las trompas de Falopio a la espera de ser fecundado por un espermatozoide masculino. Si se produce ese encuentro y la fecundación, el embrión se desarrolla en sus estadios iniciales y tiene que implantarse adecuadamente en el útero.
A partir de ese momento, se desencadenan una serie de mecanismos hormonales que favorecen el embarazo.

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