En qué consiste
Es la técnica que constituye la base actual del tratamiento de los problemas reproductivos y consiste en la fertilización de los ovocitos, obtenidos por punción ovárica, fuera del organismo materno y posterior introducción de los embriones en el útero.
Estimulación ovárica
La estimulación ovárica es el primer paso del tratamiento. En los procedimientos de FIV necesitamos que se produzca el desarrollo de varios folículos, en cuyo interior se encuentran los ovocitos,. Para conseguir este objetivo disponemos de distintos fármacos, de administración subcutánea (como la insulina) y que apenas tienen efectos secundarios. La dosis debe ser ajustada para cada paciente evitando la complicación más relevante que es la respuesta ovárica excesiva.
Durante el tratamiento hay que hacer controles ecográficos de los ovarios para monitorizar el crecimiento de los folículos y ajustar las dosis.
Una vez conseguido el crecimiento folicular adecuado (folículos mayores de 17 mm) se desencadena la maduración de los ovocitos con la inyección subcutánea de HCG, también subcutánea y se programa la punción folicular u ovárica.
Punción ovárica
Para extraer los ovocitos del ovario se procede a puncionar cada uno de los folículos, aspirando el líquido que contienen y arrastrando con el ovocito que tienen dentro. Esta punción ovárica se realiza a través de la vagina y ayudados por ecografía transvaginal, precisando sedación anestésica para que la mujer no sienta ningún dolor o molestia. Se aconseja que la paciente haga reposo relativo domiciliario tras la punción, siendo el único día que aconsejamos evitar la actividad laboral, el resto del tratamiento es perfectamente compatible con la actividad normal.
Fertilización de los ovocitos
Tras la recuperación de los ovocitos, estos pasan al laboratorio donde son procesados en medios de cultivo adecuados para su posterior inseminación con los espermatozoides procedentes de la pareja o de donante, según el caso.
La Fecundación In Vitro de los ovocitos se puede realizar con dos métodos distintos:
- FIV clásica: consiste en depositar decenas de miles de espermatozoides seleccionados en el laboratorio junto a cada ovocito.
- ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides): consiste en inyectar un espermatozoide en cada uno de los ovocitos. Es esta técnica la más utilizada actualmente.
Sea la técnica empleada FIV clásica o ICSI, el seguimiento posterior es el mismo, dejando evolucionar a los ovocitos fertilizados en el laboratorio y vigilando sus característica de desarrollo, con el fin de poder seleccionar el mejor embrión o los dos mejores embriones para su transferencia al útero de la mujer en el momento más adecuado (día +2, +3 o +5).
Transferencia embrionaria
Una vez seleccionado los mejores embriones en el día más adecuado, se procede a depositarlos dentro del útero. Generalmente, se transfieren un máximo de dos embriones de la mejor calidad posible. Este procedimiento es indoloro y no precisa de ningún tipo de analgesia. Es igualmente ambulante pudiendo incorporarse la paciente a su actividad habitual tras un breve reposo.
“Beta espera”
Así denominamos coloquialmente al tiempo que transcurre desde la transferencia embrionaria y la prueba de embarazo, que consiste en la determinación en sangre de la hormona de embarazo (Beta Gonadotropina Coriónica) unas dos semanas después de la punción ovárica.
Criopreservación de embriones
Los embriones obtenidos de buena calidad y no seleccionados para la transferencia en fresco se vitrifican, es decir se congelan, permitiendo así su utilización posterior para un segundo embarazo o para un segundo intento de embarazo en caso de haber fracasado el primero.